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10 de septiembre de 2012

SANTIAGO DE COMPOSTELA


                                 SANTIAGO DE COMPOSTELA,GALICIA (ESPAÑA)


http://arqfotografiaromanico.blogspot.com.es/search/label/Ap%C3%B3stol%20Santiago  


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                                                            ESCUDO DE SANTIAGO



La historia de Santiago de Compostela se remonta a la prehistoria, la cultura castreña, la llegada de los romanos y, como punto de inflexión, el encuentro del supuesto enterramiento del Apóstol Santiago. A partir de ese momento la ciudad se conformará en torno al centro de poder representado por el arzobispo de Santiago y su representación física, la Catedral. El Camino de Santiago marcó desde entonces el devenir de la ciudad.

Orígenes


Extensión aproximada de la Villa Sancti Iacobi.
En el territorio que actualmente ocupa la Catedral de Santiago existía un poblado romano, que se tiende a identificar como la mansión romana de Aseconia y existió entre la segunda mitad del siglo I y el siglo V. El poblado desapareció pero permaneció una necrópolis reutilizada como cantera que estuvo en uso quizás hasta la época del Reino Suevo de Galicia, llegando hasta el siglo VII.
Los reyes asturianos comprendieron el peligro secesionista. Van a utilizar cuantos recursos estén en su mano para impedirlo. En primer lugar, se van arrogar la genuina representación de la tradición goda en materia de religión y leyes con lo que pretenden asegurar la unicidad del poder. En segundo lugar: van a nombrar a un heredero de sangre real, aunque segundón, para gobernar a Galicia. Pero la invención más genial es la creación de Compostela. Aprovechando la noticia del descubrimiento del cuerpo del Apóstol, el rey de Asturias funda a sus expensas una iglesia que rodeará de privilegios. En torno de la iglesia situará comunidades y fundará un pueblo que desde el principio goza de prerrogativas reales. El rey de Asturias logra un doble objetivo: encontrar un patrón para su causa, un Santiago caballero, matamoros, y al mismo tiempo una ciudad fiel hasta el límite al rey asturiano enclávada en el corazón de Galicia. Santiago será un brazo extendido del monarca asturiano en Galicia.2
El nacimiento de Santiago como se conoce ahora está ligado al descubrimiento (presumible) de los restos del Apóstol Santiago entre el 820 y el 835, la elevación del rango religioso de los restos, la Universidad y, en la actualidad, la capitalidad de Galicia.
La figura que se convirtió en patrón de España en el siglo XVII, opositando con otras tan señeras como Santa Teresa de Jesús o San Millán de la Cogolla, y que sigue siendo capaz de atraer desde hace más de dos milenios hacia una punta occidental de Europa a millares de peregrinos de todo el mundo por los caminos de la devoción, la curiosidad, la cultura, la búsqueda personal o cualquier otra razón, no sólo era el fruto de "pescador de hombres", como le pronosticara Jesús. Aunque su biografía sí se encuentra en el vértice de una religión naciente y luego masiva, o en el de un joven continente europeo que buscaba definir su identidad en caminos de divergencia-convergencia similares al despliegue-repliegue de los surcos de la venera o vieira del peregrino.
Según una tradición medieval, como aparece por primera vez en la Concordia de Antealtares (1077), el eremita Pelayo, alertado por luces nocturnas que se producían en el bosque de Libredón, avisó al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, quien descubrió los restos de Santiago el Mayor y de dos de sus discípulos en el lugar en que posteriormente se levantaría Compostela, topónimo que podría venir de Campus Stellae (Campo de la Estrella), o más probablemente de Composita tella (tierras hermosas), eufemismo por cementerio. El descubrimiento propició que Alfonso II, necesitado de cohesión interna y apoyo externo para su reino, hiciera un peregrinaje —anunciado en el interior de su reino y en el exterior— a un nuevo lugar de peregrinación de la cristiandad en un momento en que la importancia de Roma había decaído y Jerusalén no era accesible al estar en poder de los musulmanes.

Santuario medieval

Poco a poco se fue desarrollando la ciudad. Primero se estableció una comunidad eclesiástica permanente al cuidado de los restos, formada por el obispo de Iria y los monjes de Antealtares, en la que espontáneamente se asentó un población heterogénea, aunque fundamentalmente estaba formada por emigrantes procedentes de las aldeas próximas y fue aumentando a medida que progresaba la peregrinación por razones religiosas por todo el Occidente peninsular, reforzada por el privilegio concedido por Ordoño II en 915 por el que se establecía que cualquiera que permaneciera cuarenta días sin ser reclamado como siervo pasaba a ser considerado como hombre libre con derecho a residir en Compostela. El primer habitante conocido de Compostela es, de hecho, un extranjero: Bretenaldo Franco, cuya mención más antigua corresponde al año 955.
El santuario fue adquiriendo relevancia política. De este modo allí fueron coronados monarcas del Reino de Galicia y del Reino de León como Sancho Ordóñez; Ordoño IV, Sancho I o Bermudo II. La ciudad fue creciendo y Sisenando II la fortificó en el año 969, conformando lo que se conoció como Locus Sancti Iacobi.3 Dado el auge que estaba cobrando, la ciudad fue destruida por Almanzor el 10 de agosto del año 997, el cual sólo respetó el sepulcro del apóstol. Al volver los habitantes comenzó la reconstrucción y, a mediados del siglo XI, el obispo Cresconio dotó a la ciudad de un recinto de fosos y una nueva muralla, sobre el antiguo anillo de empalizadas para proteger los nuevos barrios que habían surgido alrededor del Locus.4 Además, reivindicó para ella la condición de Sede Apostólica.
El año 1075 el obispo Diego Peláez dio comienzo a la construcción de la catedral románica. El aumento del peregrinaje hace de Compostela un lugar de referencia religiosa en Europa, lo que aumenta su importancia, y la ciudad se ve recompensada también políticamente al alcanzar, en la época del arzobispo Diego Gelmírez, la categoría de metropolitana para la iglesia compostelana (1120). Liberada de la vieja tutela de los arzobispos de Braga, que mantuvieron su autoridad sobre la mayor parte de las diócesis del naciente reino de Portugal, la Iglesia de Santiago tenía jurisdicción sobre la mayoría de las de León y Asturias (la Archidiócesis de Oviedo solo fue creada en 1954). Santiago era, además, centro de un gran señorío feudal gobernado por los obispos de Compostela, que iba desde el río Iso hasta el Atlántico. Desde Santiago se organizó la resistencia armada frente a las invasiones normandas, los cuales conocían al Reino de Galicia como Jakobsland (País de Santiago).
Un hecho importante, desde el punto de vista político, fue la coronación por Diego Gelmírez de Alfonso Raimúndez, el futuro Alfonso VII, en la catedral compostelana como rey de Galicia. Desde el punto de vista religioso, sin embargo, hay que resaltar la concesión del privilegio del Año Santo Jubilar Jacobeo mediante la bula Regis Aeterni del papa Alejandro III en 1181. Desde el punto de vista social, cabe mencionar el prematuro levantamiento burgués contra Gelmírez y la reina Urraca en 1117.
En estos años se redactó el Códice Calixtino, un conjunto de textos reunidos en los años finales del arzobispado de Gelmírez y que se presentaba como de la autoría del papa Calixto II, fuente fundamental de la historia de la peregrinación a la tumba del apóstol.
Durante el arzobispado de Berenguel de Landoria Santiago estuvo levantada en armas desde el año 1318, un levantamiento encabezado por el noble Afonso Suárez de Deza. La solución al conflicto se produjo en el denominado día de la Ira, el 16 de septiembre de 1320 cuando en el Castillo de la Rocha Forte se asesinó a los líderes de la revuelta. Tras los acontecimientos, el 27 de septiembre se firmó la paz.
Entre los siglos XII y XIII se fue articulando la red de calles dentro del recinto amurallado. La llegada de la peste negra a la ciudad supuso una fuerte recesión demográfica, que empezó a remontar a partir de 1380. En el siglo XV tenía entre 4000 y 5000 habitantes.

Edad Moderna


Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago.
El cabildo compostelano, dirigido por el deán Diego de Muros III promovió obras de gran importancia con un carácter propio del humanismo, como el Hostal de los Reyes Católicos y el Estudio Viejo, germen de la futura universidad que fue fundada en 1495 por Lope Gómez de Marzoa. Este hecho y la labor del arzobispo Alonso III de Fonseca le dan un nuevo empuje a la atracción de Santiago, en particular en Galicia, a pesar del descenso relativo de la importancia de la ciudad.
Santiago fue sede de la Real Audiencia del Reino de Galicia desde 1508, pero la presión eclesiástica hizo que se trasladara a La Coruña en 1578. Las reformas del poder monacal marcaron el renacimiento de San Martiño Pinario y el Convento de San Paio de Antealtares, lo que contribuyó a dar ocasión a una intensa actividad constructiva.
A principios del siglo XVII se produce un periodo de decadencia en la ciudad. En su obra Annuales Eclesiásticos, el italiano Cesare Baronnio, confesor del papa Clemente VII, puso en tela de juicio la peregrinación del apóstol a Hispania. Este dato fue recogido en el Breviario Romano y produjo un grave daño a la ciudad de las peregrinaciones. El Cabildo Compostelano consiguió poco tiempo después que se modificase el Breviario, pero apareció una nueva dificultad: la Orden de los Carmelitas, en los años 1617 y 1626, promovió a Santa Teresa como copatrona de España, con las pérdidas económicas que conllevaba para Santiago. De nuevo el Cabildo logró, con la ayuda de importantes personalidades de la sociedad del momento, como Quevedo, devolver al apóstol la condición de único patrono de España.
Aún hubo un nuevo hecho similar, ya que en 1643 las Cortes proponen un nuevo copatrono de España, San Miguel Arcángel, pero esta propuesta tuvo corta vida ya que ese mismo año Felipe IV estableció a Santiago como único patrono de España y ordenó que, todos los 25 de julio, se hiciera una ofrenda regia de 1000 escudos de oro al arzobispado de Santiago, a la vez que concedió una gran pensión de 20 años para sufragar la realización de un retablo a su honra (que se comenzó a construir el año 1658). Estos hechos produjeron una bonanza económica que hizo posible costear nuevas construcciones y reformas que se multiplicaron por toda la ciudad, obras en las que se plasmó un estilo propio y al mismo tiempo universal, el barroco compostelano.

Esplendor barroco

La prosperidad del cabildo catedralicio y de los monasterios hizo de Santiago un centro artístico puntero. En un primer momento comenzaron a trabajar en el taller de la Catedral una serie de maestros de obras y arquitectos foráneos, como el madrileño José Vega y Verdugo, el portugués Francisco de Antas, el abulense José Peña de Toro, el cántabro Melchor de Velasco o el Arquitecto Real Pedro de la Torre.
En este taller y en el de San Martiño Pinario se formó un grupo de arquitectos gallegos que hacia el año 1670 tomaron las riendas de las obras que se estaban desarrollando en toda la ciudad. Figuras egregias como el compostelano Diego de Romay, Domingo de Andrade (torre del reloj), Fray Tomás Alonso, el leonés Fray Gabriel de Casas, Pedro de Monteagudo, Simón Rodríguez (fachada del Convento de Santa Clara), Castro Canseco (retablo de San Pelayo de Antealtares, Clemente Fernández Sarela (Casas del Cabildo y del Deán) o Fernando de Casas Novoa (fachada del Obradoiro) hicieron de Santiago un conjunto barroco de alto nivel a escala mundial. La magnificencia y las peculiaridades del estilo arquitectónico de estas personalidades hacen que se hable de barroco compostelano. El arzobispo mecenas por excelencia fue Fray Antonio de Monroy.
Santiago en este periodo se convierte en refugio de los exiliados irlandeses que reclaman acogida y centros de formación como el Colegio de los Irlandeses.

Santiago hasta la actualidad


En Santiago nació el primer periódico gallego: El Catón Compostelano en 1800. Avanzado el siglo XIX existen fábricas de tipo artesanal de curtidos, chocolate y gaseosas. Pero la lucha contra el inmovilismo se verá frenada por el retraso de las vías férreas (no hay tren a la Coruña hasta 1943).
En el siglo XX Santiago será testigo de un renacer galleguista con el Seminario de Estudos Galegos y la Asamblea de municipios que al albor de la Segunda República se mostró favorable a la redacción de un estatuto de autonomía
En 1943 la Diputación provincial elige mayoritariamente a su alcalde José del Valle Vázquez para el cargo de procurador en Cortes en la I Legislatura de las Cortes Españolas (1943-1946), representando a los Municipios de esta provincia5 Durante la legislatura abandona ambos cargos siendo sustituido por Jorge de la Riva y Barba.
El establecimiento de la autonomía en Galicia hizo de ella la capital gallega, obteniendo como consecuencia un nuevo empuje a finales del siglo XX que contrarrestó ampliamente el decrecimiento relativo de su importancia como ciudad universitaria al crearse las universidades de Vigo y La Coruña.
Es muy conocida la UNIVERSIDAD DE SANTIAGO :"FONSECA"

                            AYUNTAMIENTO DE GALICIA
                                                                   File:Ayuntamiento de Santiago de Compostela.jpg         

QUIÉN ERA SANTIAGO?:

El apóstol que la tradición cristiana llama Santiago el Mayor era uno de los dos hijos de Zebedeo y Salomé; su hermano fue Juan el Evangelista, también apóstol. Invitado por Jesús "junto a su hermano e inmediatamente después de Pedro y Andrés- a hacerse “pescador de hombres", fue uno de los apóstoles que tuvo una relación más íntima y cercana con el hijo de Dios.

Le acompañó en los primeros días de la difusión de la palabra; estuvo presente en el Monte de los Olivos recibiendo de los labios de Jesús el anuncio de la destrucción del templo de Jerusalén, de la completa ruina de la ciudad y de las catástrofes que precederán al final de los tiempos; y fue testigo de la última aparición de Jesús en Galilea tras su resurrección.
Murió, entre los años 41 y 44, decapitado por orden de Herodes Agripa I, cuando el rey de los judíos, en un intento postrero e inútil de conseguir la confianza de Roma, intensificó la persecución de las primeras comunidades cristianas.
Según la tradición, a la muerte de Jesús los apóstoles se repartieron los lugares en que debían predicar, correspondiéndole a Santiago España y las regiones occidentales.
Las leyendas jacobeas recogen dos versiones acerca de la presencia del Apóstol Mártir en la península hispánica; la primera afirma que recorrió Asturias, Galicia, Castilla y Aragón predicando la palabra de Dios con escaso éxito.

Relata además que durante esta misión se le apareció la Virgen junto al Ebro, sobre una columna, y allí se le ordenó construir una iglesia. La segunda versión sostiene que tras el martirio, su cuerpo fue llevado en barco por sus discípulos desde Jerusalén hasta Iria Flavia, en el Finisterre.

quí la historia y la leyenda se funden para crear un relato colorista. Una vez decapitado, su cuerpo fue arrojado fuera de la ciudad como pasto de perros y fieras, pero sus discípulos al caer la noche, lo recogieron y lo llevaron al puerto de Jope, donde providencialmente apareció una embarcación aparejada y sin tripulación.
Al séptimo día de navegación arribaron a la desembocadura del río Ulla, en Galicia. Al depositar el cuerpo del maestro en una gruesa roca, ésta cedió como si fuera de cera hasta convertirse en el sarcófago del santo.

La historia del Camino de Santiago se remonta a los albores del siglo IX con el descubrimiento del sepulcro de Santiago el Mayor, evangelizador de España. El hallazgo de este santo mausoleo está rodeado de una rica imaginería popular que en vez de distorsionar ha preservado y llenado de colorido la narración histórica.
Una de estas leyendas populares sitúa el extraordinario suceso en la primitiva diócesis de Iria Flavia, cuando el ermitaño Pelayo tuvo una "revelación divina": en la espesura del bosque ve unas "luminarias" y "oye canciones de ángeles". Los feligreses de la antigua iglesia de San Félix de Solobio, al pie del bosque, participan de esas visiones.
El obispo iriense Teodomiro acude al bosque y halla el mausoleo sepulcral, identificándolo como el túmulo funerario del Apóstol Santiago. Este hallazgo fue un hecho trascendental que deslumbró y conmovió profundamente a los pueblos del Occidente Medieval. Ante sus ojos se mostraron las pruebas evidentes transmitidos por documentos irienses que identificaban la tumba.
No existen datos precisos de las circunstancias del descubrimiento del venerado mausoleo, sus descubridores consideraron este hecho como una revelación divina de la instauración del culto sepulcral a Santiago en el lugar en el que fue hallado. De hecho, existen indicios de la antigua adoración apostólica en la misma Compostela, dentro del sepulcro.
Los estudios arqueológicos del reciente siglo pasado han arrojado más luz sobre la tumba y el culto sepulcral a Santiago el Mayor durante los nueve primeros siglos de la era cristiana. Las excavaciones realizadas en el subsuelo de la Catedral de Santiago de Compostela han permitido situar el mausoleo dentro de una necrópolis cristiana, romana y germánica entre los siglos I y VII. Todos estos datos han ayudado a aclarar, unir y armonizar los datos inconexos de la tradición compostelana.
Por otro lado, desde su descubrimiento la tumba y su culto se integraron en el movimiento cultural auspiciado por la Corte Carolingia de Aquisgrán que sentó las bases de la Europa Medieval. Fue tan importante este hallazgo en el viejo continente que en la literatura y representaciones iconográficas medievales se concede al emperador Carlomagno un importante papel en el descubrimiento del santo sepulcro.


La mayoría de los peregrinos llega a Santiago por el llamado "Camino Francés", pero existen otras seis rutas históricas por las cuales se puede hacer el camino santo. Lavía francesa es la más transitada y la más promocionada, entra en España por Roncesvalles y Sompot, en los Pirineos y atraviesa las comunidades autónomas de Aragón, Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia.

La segunda ruta conocida es la del"Camino Norte". Entra en Galicia por Ribadeo, desde la costa, y por A Fonsagrada, desde el interior, una vez recorrido la costa española del Cantábrico a partir de Irún atravesando Euskadi, Cantabria y Asturias.
Fue hasta el siglo X el más frecuentado. Los peregrinos procedentes del norte de Europa y de las Islas Británicas hacían su peregrinaje por mar siguiendo el denominado "Camino Inglés", desembarcaban en el puerto de la Coruña o en el de El Ferrol y desde allí continuaban a pie hasta la Catedral.
También entra en Galicia el Camino Portugués, que lo hace por el municipio de Tui para seguir por O Porriño, Mos, Redondela, Soutomaior, Vilaboa, Pontevedra, Barro, Portas, Caldas de Reis, Valga, Pontecesures, Padrón, Rois, Teo y Ames, hasta Santiago. Esta ruta tiene también una variante que alcanza la frontera española por Chaves y, ya en Galicia, se une al Camino del Sureste por Verín.
La quinta ruta hacia Santiago de Compostela es el "Camino del Sureste - Vía de la Plata". Surge de la prolongación hasta Galicia de la calzada romana que comunicaba las ciudades de Mérida y Astorga. Entra en Galicia por A Mezquita, y desde A Gudiña cuenta con dos ramales que atraviesa numerosos pueblos gallegos hasta alcanzar su destino.
Otra vía elegida por los peregrinos es el "Camino de Fisterra-Muxía". Durante la Edad Media algunos peregrinos, después de venerar la tumba del Apóstol, seguían viaje hasta Cabo Neiro (Finisterre), considerado el fin del mundo.
El último camino utilizado por los creyentes es la "Ruta Marítima de Mar de Arousa y Río Ulla" que conmemora la llegada en barco del Apóstol Santiago desde Palestina. Tiene dos puntos de entrada en Galicia y se funde en Padrón con el Camino Portugués.


Navarra es un enclave fundamental en la historia del Camino de Santiago -uno de los fenómenos religioso-cultural más relevantes de la Edad Media-, aquí se funden en una varias rutas, e inicia su recorrido, por Roncesvalles, el Camino Francés. Fueron importantes además de la mencionada, la rutas de Somport, la de la Barranca, la de Baztán, la de Monleón a Roncal y Lumbier, la de la Ribera, la del Val de Aibar y la de Valdorba. Y se unían en territorio navarro el Camino francés y el Camino aragonés (con el cuarto camino francés, que atravesaba por Somport). El rey navarro Sancho III el Mayor fue quien fijó el trazado definitivo del Camino y quien introdujo la influencia cluniacense y el nuevo arte románico, que se extendió luego por toda la ruta jacobea, y cuyo esplendor se prolongó hasta el siglo XVI.

Lo mismo que Navarra fue importante para el Camino, éste lo fue para con ella. A lo largo del reino navarro se encuentran vestigios de este hito histórico, sobre todo, en los magníficos monumentos que dejó: la Colegiata de Roncesvalles; la iglesia de Eunate; la Catedral de Pamplona; la Iglesia de Torres del Río; el Monasterio de Leire; el Castillo de Javier ...

Los peregrinos también dejaron huella a lo largo del Camino, sobre todo en Roncesvalles, donde se construyó la famosa Colegiata-Hospital, de estilo francés -para poder curar a los caminantes sus heridas- y la capilla - enterramiento para peregrinos del Santi Spiritus, S. XII, entre otros edificios. También, fueron capitales para el nacimiento de Puente la Reina. Una vez unificados los dos ramales del Camino que pasaban por Navarra el número de caminantes aumentó haciéndose necesaria la creación de esta población.
A partir del siglo XVI la Ruta Jacobea comenzó ha caer en el olvido, y ya en el siglo XX apenas había peregrinos. Pero nuevamente Navarra entra en la historia del Camino de Santiago. Hacia 1960 la Ruta comienza a renacer gracias a las primeras asociaciones de Amigos del Camino de Santiago, primero en París, y luego, en 1962, en Estella, y después por toda Europa. Su labor se vio reconocida con la declaración del Camino en 1987, por el Consejo de Europa, como "Itinerario Cultural Europeo". Desde entonces la Ruta Jacobea ha vuelto a la vida.

La Rioja, cuenta con el tramo más corto de las comunidades atravesadas del Camino Francés. Sin embargo la importancia histórica, cultural, social y artística de este segmento de 65 km. es fundamental. Baste dar algunos ejemplos.Como se ha sugerido, y según la Historia Silense, es Sancho III el Mayor quien fija a principios del siglo XI el que sería ya definitivo trazado del Camino Francés.

Anteriormente, de una forma más accidentada e irregular, los peregrinos desde Pamplona se dirigían a Burgos a través de Álava y Briviesca. La paulatina conquista militar favoreció el auge de las peregrinaciones por el territorio riojano y la consiguiente fijación de la ruta terrestre. En el año 923 Sancho Garcés I de Pamplona y Ordoño II de León habían reconquistado con toda la Rioja Alta, Viguera y Nájera, - localidad riojana que se convierte en capital del reino navarro -. Tras la recuperación del tramo viario entre Logroño y Grañón, Sancho III reconduce el Camino, haciendo que atraviese el vado del Ebro, donde se encuentra Logroño. Se perseguía un clima y un trazado geográfico más cómodo, además de buscar la aculturación y el poblamiento del territorio. A fin de cuentas, era reaprovechar la vía romana que llevaba a Libia (Herramélluri) desde Varea y Tricio.

Por otro lado, la leyenda de Santiago Matamoros nace en la riojana localidad de Clavijo, a  15 km. de Logroño. En el siglo IX tuvo lugar la legendaria batalla de Clavijo, a los pies del bello castillo musulmán que todavía conserva gran parte de sus murallas. Los cristianos se enfrentaron, con la ayuda del rey astur Ramiro I, según otras versiones Ordoño I, al ejército de Banu Qasi para poner fin al llamado "Tributo de las Cien Doncellas", es decir la obligación de la entrega anual de cien doncellas cristianas a los musulmanes. En la batalla la milagrosa aparición del apóstol decantó la victoria del lado cristiano y supuso la abolición del mencionado tributo. Esto es a la vez origen del "Voto de Santiago". Con escaso rigor se sostuvo que en el año 834 en Calahorra, y como agradecimiento a la santa intercesión, se concedió a la iglesia de Santiago en Compostela el pago anual de parte de su producción por parte de los labradores. Esta renta desde el siglo XII se fue extendiendo hasta el reino de Granada y fue abolida por las Cortes de Cádiz en 1833. Este impuesto suponía en el siglo XVIII dos tercios del dinero que ingresaba la Catedral.
El fuero de Logroño fue otorgado a la ciudad por Alfonso VI de Castilla en 1095 para favorecer el rápido crecimiento de la población al ocupar la ciudad una situación fronteriza. Fortalecerla concediéndole igualdad jurídica de derechos, libertades y privilegios a sus habitantes, fueran francos o del lugar, suponía fortalecer el reino. Este fuero de población fue modelo para cerca de 80 ciudades más en todo el norte peninsular, suponía una concepción muy moderna de la sociedad y daba un trato de consideración a los peregrinos.
La riojana localidad de Santo Domingo de la Calzada es un enclave fundamental del camino y es la cuna del milagro más famoso del mismo, el del gallo y la gallina. Esta ciudad nace fundada por el santo que le da nombre con el fin de dar servicio al peregrino. En 1120 nació para ayudar a los peregrinos la Cofradía de Santo Domingo de la Calzada, continúa viva y es la más antigua del mundo.
Y algunas curiosidades más. En Logroño se edita desde hace quince años la revista "Peregrino", según opinión generalizada, la mejor de tema jacobeo y vendida en todo el mundo. También en Logroño se encuentra el Centro de Documentación de Temas Jacobeos, con una excelente biblioteca temática. La red hospitalaria es perfecta en La Rioja, habiendo albergues de en todas las poblaciones atravesadas: Logroño, Navarrete, Ventosa, Nájera, Azofra, Cirueña Santo Domingo y Grañón. Toda la ruta en La Rioja, exceptuando los tramos de casco urbano, se desarrolla por camino no asfaltado. Conviene recordar que otro ramal del Camino remonta el Valle del Ebro recorriendo la Rioja Baja e incorporándose al Camino Francés en Logroño.


Los Castillos son el símbolo por antonomasia de la Edad Media española. Entre los años 722 y 1422 el paisaje ibérico se llenó de estas monumentales construcciones de piedra que se alzaban poderos en enclaves estratégicos. Su número aumentó espectacularmente en esta época gracias a la expansión económica que se vivía, y a la recuperación de territorios en manos de los árabes durante centurias.
Esta coyuntura socio-económica favorable le debe mucho al Camino. El constante trasiego de peregrinos trajo consigo movimiento de capital y población venida de otras regiones de Europa, gente que llegó cargada de conocimientos y dinero.
Las arcas de los reyes comenzaron a llenarse, pudiendo contratar mercenarios para continuar con la reconquista de las tierras del sur de Iberia. Alrededor de los castillos se levantaron pueblos -cuando había peligro sus gentes se refugiaban en ellos- y en su interior se formaron pequeñas y bulliciosas ciudades; con molinos, herrerías y pequeños mercados. Estas fortalezas se constituyeron en los núcleos sociales más relevantes del medioevo.
La sociedad de entonces era básicamente rural: la tierra suponía el elemento económico más importante, a ella se destinaba la casi totalidad de la mano de obra disponible, que muchas veces se veía obligada a coger las armas para defender las posesiones de sus amos. El castillo se erigió en elemento catalizador de todas las actividades de la sociedad, agrícolas, gremiales, militares...
Las ciudadelas estuvieron, también, relacionadas de manera muy directa con la consolidación y extensión de los feudos en los territorios reconquistados a los musulmanes. El castillo solía ser la recompensa o botín por los servicios prestados en una guerra al señor, era el centro de una naciente y boyante propiedad rural, y también la primera víctima de las revueltas populares y campesinas que se sucedieron en esos siglos.
Los peregrinos realizaron su marcha hacia Compostela al abrigo de estas magníficas construcciones que se alzaban en elevadas colinas oteando el horizonte. En el camino pudieron admirar castillos como el de Javier en Navarra; el del Temple en Ponferrada, el Castillo-Palacio de Villafranca del Bierzo en León...

PERSONAJES ILUSTRES QUE HAN VISITADO LA TUMBA DEL APÓSTOL:

ALFONSO II EL CASTO :

Alfonso II el Casto, rey de Asturias (791-842) fue un personaje fundamental en la historia de la Ruta Jacobea. La leyenda le sitúa en el Camino cuando tuvo noticia del hallazgo del cuerpo del Apóstol. El Rey acudió entonces a Iria Flavia con sus nobles y mandó erigir allí la primera iglesia dedicada a
En el lugar del santo hallazgo se instaló una pequeña comunidad de agustinos que constituyó el primer núcleo de lo que más tarde sería Compostela. El mismo Alfonso II dio cuenta del prodigioso suceso a Carlomagno, y la noticia se propagó entonces con rapidez por toda Europa.
Esto es lo que se relata en el Códex Calixtinus escrito por Aymeric Picaud. La realidad coincide con la leyenda en el hecho de que Alfonso II ordenó la construcción de un templo dedicado al Apóstol. El resto, es fruto de la imaginación. Para el Rey, el descubrimiento del sepulcro del Apóstol Mártir fue un hecho muy importante no solo en el aspecto religioso, sino militar.
En el primer tercio del siglo IX, la invasión musulmana estaba prácticamente consolidada y únicamente los reinos del norte se resistían a su dominación. Alfonso II, al contrario que sus antecesores era partidario de reanudar la guerra contra los árabes. El hallazgo de los restos de Santiago, fechados hacia el año 830, supuso encontrar también el elemento necesario para unir a los reinos cristianos en la lucha contra el enemigo invasor.
Así surge la figura de un Santiago que de pacífico apóstol de Cristo se convierte en guerrero que aplasta con su caballo los cuerpos de los moros y degüella sus cabezas espada en mano. Un santo que, según la tradición, presidirá las más importantes batallas de la Reconquista, ayudando a superar el complejo de inferioridad que aquejaba a los pueblos cristianos. Estos, poco a poco, van recuperando sus dominios y convierten a Compostela en el principal foco de atracción espiritual del Reino astur-leonés, y poco después de toda Europa.

Aymeric Picaud

Uno de los peregrinos más conocidos en la Ruta Jacobea es el monje francés Aymeric Picaud, autor de la "Guía del peregrino de Santiago de Compostela" escrita hacia el año 1140 e incluída en el libro V del "Codex Calixtinus", también llamado "Liber Sancti Jacobi".
Esta obra de Picaud está considerada como la primera guía turística del mundo e incluye un pormenorizado y exacto estudio de la Ruta Jacobea, con una visión muy particular y nada favorable de los pueblos ibéricos que atravesaba el Camino. Reflejó muchos detalles anecdóticos, descripciones de pueblos, avisos de peligros...
El religioso francés dividió el itinerario, a través del " Camino Francés", en trece etapas perfectamente delimitadas, cada una de las cuales debía hacerse en vario días, según "el ánimo de cada grupo de peregrinos", a razón de unos 35 kilómetros diarios a pie, o casi el doble si se hacía el Camino a caballo. Señaló las distancias entre pueblos, los santuarios y monumentos del trayecto, e incluyó observaciones sobre gastronomía, potabilidad de las aguas, carácter de las gentes y costumbres de los pueblos. Una guía realmente completa y muy "moderna" para la época.
Picaud también aborda en su obra el poder curativo del Apóstol Santiago, que según él procedía de un don concedido por Dios a los apóstoles. Con esta afirmación lo que pretendía era promocionar el santuario de Compostela, y para ello se ayudó de la narración de algunas enfermedades curadas por Santiago, afirmando que "devolvía la vista a los ciegos, el habla a los mudos, la vida a los muertos y curaba a las gentes de toda clase de enfermedades para gloria y alabanza de Cristo".
Así mismo, el monje relata en su guía la historia del descubrimiento del cuerpo de Santiago en tierras gallegas, una narración que hoy en día es la más extendida. Sitúa Picaud el prodigioso hecho en Iria Flavia el año 813, bajo el reinado de Alfonso II, el Casto, en el Reino Astur y Carlomagno en Occidente (la realidad histórica indica que Alfonso II por esos años si gobernaba, pero Carlomagno ya había fallecido).

Felipe II

No todos los peregrinos que han pasado por el Camino de Santiago son o ha sido gente anónima. A lo largo de su historia la Ruta ha sido testigo del peregrinaje de gente ilustrísima, incluidos miembros de casa reales como: Matilde, hija del rey de Inglaterra Enrique I en 1125; Guillermo X, duque de Aquitania, en 1137; Alfonso VII en 1138; el rey de Francia, Luis VII, en 1154, y en 1325, Santa Isabel de Portugal.
Pero no han sido los únicos, a lo largo del Camino se pueden encontrar edificaciones en las que aparece una placa recordando el paso por ese pueblo de algún personaje destacado. Es el caso de Ligonde, en Lugo, donde se asegura que paró a descansar durante su peregrinaje Felipe II, Rey de España.
Este poderoso rey llegó a gobernar más de la mitad de Europa occidental, toda América al sur de río Grande, las islas Filipinas y otros territorios de Asia. Empezó a gobernar España, en nombre de su padre ausente Carlos V, en 1543, cuando contaba 16; más tarde, en 1554, se convirtió formalmente en el gobernador de media Italia y, mediante matrimonio, de Inglaterra; por último, en 1556 pasó a gobernar todas las posesiones de Carlos V, muerto en 1558.
Durante todos los años de su mandato, hasta su muerte en 1598, tuvo serios problemas con el gobierno que nunca pudo resolver. Dado lo vasto de su imperio se tuvo que enfrentar en numerosas ocasiones a los levantamientos de los estados bajo su control. España tampoco era fácil de regir. La división de la península en autonomías cada una con sus propias leyes e instituciones le supuso más de un quebradero de cabeza, le limitaba mucho a la hora de gobernar.
Se casó en cuatro ocasiones, con la princesa María de Portugal, que falleció joven; con María Tudor, reina de Inglaterra; con Isabel de Valois, y finalmente con su sobrina veinte años más joven, Ana de Austria, con la que se dice fue muy feliz.

Rodrigo Díaz de Vivar "El Cid"

Según el Romancero castellano, Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como "El Cid Campeador", el gran héroe popular cristiano, fue uno de los ilustres peregrinos que llegaron a Compostela a postrarse ante el Apóstol Santiago.
Aunque este dato no está confirmado. La ubicación de El Cid en el Camino es fruto de numerosas leyendas jacobeas surgidas tras su muerte. En estas narraciones se sitúa al héroe castellano en la Ruta defendiendo a los peregrinos de los ataques musulmanes. Rodrigo Díaz de Vivar nació en Burgos el año 1040 y falleció en Valencia el año 1099. Su conocido sobrenombre se lo dieron los musulmanes que le dieron el título de seid o cid (señor, jefe) llamándole "Mío Cid" (Mí Señor).
Los cristianos por su parte le llamaron "El Cid Campeador" (el señor victorioso) por sus victorias. La leyenda de sus hazañas ha ensombrecido la realidad histórica de este caballero valiente. Los relatos literarios son tantos que, sin ninguna razón, han llegado a poner en duda su existencia real e histórica.
El Cid real, no el gran héroe retratado en el mítico "El cantar del mío Cid", era un mercenario que luchaba al lado de quien le pagara, tanto cristianos como árabes, un guerrero sin patria. Aunque esta visión desmitificadora de Rodrigo Díaz de Vivar tampoco puede creerse por completo, las fuentes de las que procede esta negativa visión es de historiadores musulmanes de la época.
Totalmente diferente es el Cid del romance "El cantar del mío Cid", leyenda, y balada, donde se le describe como generoso con sus amigos, marido y padre afectuoso; soldado valeroso; conquistador noble, magnánimo con los vencidos, firmemente fiel a su país y su rey; el hombre cuyo nombre y hazañas se sigue admirando hoy en día. Y cuya figura, a pesar de los siglos aún sigue muy presente entre los españoles.
Es muy difícil encontrar a alguien que no sepa quien es el Cid Campeador, y no hay muchas figuras históricas que puedan presumir de lo mismo. Claro que esto se debe en gran medida al romance que narra su vida, una de las obras más importantes de la literatura española.

PARA LOS NOSTÁLGICOS QUE CONOCEIS SANTIAGO DE COMPOSTELA Y PARA LOS QUE NO LA CONOCEIS :


                                 

Y ,AL FINAL DEL CAMINO:

                                                                  

                                               LA GAITA GALLEGA:


                                                                               
                                          Es el instrumento musical típico de Galicia


                                                       RIQUEZA EN SU FOLKLORE



                                http://personales.mundivia.es/cpgraxal/comenius/graxfolk.htm

                                                                LA MUÑEIRA