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30 de marzo de 2013

ECCE HOMO SEMANA SANTA

                                                                         ECCE HOMO
                                                                            


 Ecce Homo (“este es el hombre” o “he aquí el hombre” en castellano) [...] Se trata de las palabras pronunciadas por Poncio Pilato, el gobernador romano de Judea, cuando presentó a Jesús de Nazaret ante la muchedumbre hostil a la que sometía el destino final del reo [...] Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!.
 

 
                                                                         

                             TRAS EL DESCENDIMIENTO DE JESÚS  ,JOSÉ DE ARIMATEA PIDE A PILATOS EL CUERPO DE JESÚS

¿Quien era José de Arimatea ?


Hombre rico  y miembro ilustre

del Sanedrín (Mc 15,43; Lc 23,50), tenía un sepulcro

nuevo cavado en la roca, cerca del Gólgota, en

Jerusalén. Era discípulo Jesús, pero, como

Nicodemo, lo mantenía en oculto por temor a las

autoridades judías (Jn 19,38). De él dice Lucas que

esperaba el Reino de Dios y no había consentido en

la condena de Jesús por parte del Sanedrín (Lc

23,51). En los momentos crueles de la crucifixión

no teme dar la cara y pide a Pilatos el cuerpo de

Jesús


Concedido el permiso por el Prefecto,



descuelga al crucificado, lo envuelve en una sábana

limpia y, con ayuda de Nicodemo, deposita a Jesús

en el sepulcro de su propiedad, que todavía nadie

había utilizado. Tras cerrarlo con una gran roca se

marchan (Mt 27,57-60, Mc 15,42-46, Lc 23,50-53 y

Jn 19,38-42). Hasta aquí los DATOS HISTÓRICOS

                                    DATOS ARQUEOLÓGICOS DEL SEPULCRO


                                  http://www.christusrex.org/www1/jhs/TSspquar_Es.html


EN LA MADRUGADA ,MARÍA MAGDALENA VISITA LA TUMBA,HALLA DESPLAZADA LA PIEDRA QUE SELLABA EL SEPULCRO ,Y VENDAS Y SUDARIO EN EL SUELO.
AVISA A LOS DISCÍPULOS,Y JUAN Y PEDRO  REGRESAN CON ELLA

                                                                          Y


                                                   EL SEPULCRO VACÍO!!!!!
La PasiónCCRISTO de CristoSegún los EvangeliosTom
                                           ados de la Biblia de Jerusalén
                                                CRISTO HA RESUCITADO ¡¡¡ALELUYA !!!
E
Mateo 26
1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús todos estos discursos, dijo a sus discípulos:
2 «Ya sabéis que dentro de dos días es la Pascua; y el Hijo del hombre va a ser entregado para ser crucificado.»
3 Entonces los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Sumo Sacerdote, llamado Caifás;
4 y resolvieron prender a Jesús con engaño y darle muerte.
5 Decían sin embargo: «Durante la fiesta no, para que no haya alboroto en el pueblo.»
6 Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
7 se acercó a él una mujer que traía un frasco de alabastro, con perfume muy caro, y lo derramó sobre su cabeza mientras estaba a la mesa.
8 Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron: «¿Para qué este despilfarro?
9 Se podía haber vendido a buen precio y habérselo dado a los pobres.»
10 Mas Jesús, dándose cuenta, les dijo: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una “obra buena” ha hecho conmigo.
11 Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre.
12 Y al derramar ella este ungüento sobre mi cuerpo, en vista de mi sepultura lo ha hecho.
13 Yo os aseguro: dondequiera que se proclame esta Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya.»
14 Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,
15 y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas de plata.
16 Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.
17 El primer día de los Azimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?»
18 El les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: “El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos.”»
19 Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
20 Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce.
21 Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.»
22 Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?»
23 El respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará.
24 El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»
25 Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele: «Sí, tú lo has dicho.»
26 Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.»
27 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos,
28 porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.
29 Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.»
30 Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
31 Entonces les dice Jesús: «Todos vosotros vais a escandalizaros de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño.
32 Mas después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.»
33 Pedro intervino y le dijo: «Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.»
34 Jesús le dijo: «Yo te aseguro: esta misma noche, antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.»
35 Dícele Pedro: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Y lo mismo dijeron también todos los discípulos.
36 Entonces va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.
38 Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.»
39 Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.»
40 Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo?
41 Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
42 Y alejándose de nuevo, por segunda vez oró así: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.»
43 Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados.
44 Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
45 Viene entonces donde los discípulos y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Mirad, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
46 ¡Levantaos!, ¡vámonos! Mirad que el que me va a entregar está cerca.»
47 Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo numeroso con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.
48 El que le iba a entregar les había dado esta señal: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es; prendedle.»
49 Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Rabbí!», y le dio un beso.
50 Jesús le dijo: «Amigo, ¡a lo que estás aquí!» Entonces aquéllos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.
51 En esto, uno de los que estaban con Jesús echó mano a su espada, la sacó e, hiriendo al siervo del Sumo Sacerdote, le llevó la oreja.
52 Dícele entonces Jesús: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán.
53 ¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que pondría al punto a mi disposición más de doce legiones de ángeles?
54 Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?»
55 En aquel momento dijo Jesús a la gente: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis.
56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas.» Entonces los discípulos le abandonaron todos y huyeron.
57 Los que prendieron a Jesús le llevaron ante el Sumo Sacerdote Caifás, donde se habían reunido los escribas y los ancianos.
58 Pedro le iba siguiendo de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote; y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver el final.
59 Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando un falso testimonio contra Jesús con ánimo de darle muerte,
60 y no lo encontraron, a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Al fin se presentaron dos,
61 que dijeron: «Este dijo: Yo puedo destruir el Santuario de Dios, y en tres días edificarlo.»
62 Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y le dijo: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?»
63 Pero Jesús seguía callado. El Sumo Sacerdote le dijo: «Yo te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.»
64 Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.»
65 Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestidos y dijo: «¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia.
66 ¿Qué os parece?» Respondieron ellos diciendo: «Es reo de muerte.»
67 Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle,
68 diciendo: «Adivínanos, Cristo. ¿Quién es el que te ha pegado?»
69 Pedro, entretanto, estaba sentado fuera en el patio; y una criada se acercó a él y le dijo: «También tú estabas con Jesús el Galileo.»
70 Pero él lo negó delante de todos: «No sé qué dices.»
71 Cuando salía al portal, le vio otra criada y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazoreo.»
72 Y de nuevo lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese hombre!»
73 Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «¡Ciertamente, tú también eres de ellos, pues además tu misma habla te descubre!»
74 Entonces él se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre!» Inmediatamente cantó un gallo.
75 Y Pedro se acordó de aquello que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.» Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.
Mateo 27
1 Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte.
2 Y después de atarle, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.
3 Entonces Judas, el que le entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos,
4 diciendo: «Pequé entregando sangre inocente.» Ellos dijeron: «A nosotros, ¿qué? Tú verás.»
5 El tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y se ahorcó.
6 Los sumos sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque son precio de sangre.»
7 Y después de deliberar, compraron con ellas el Campo del Alfarero como lugar de sepultura para los forasteros.
8 Por esta razón ese campo se llamó «Campo de Sangre», hasta hoy.
9 Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Y tomaron las treinta monedas de plata, cantidad en que fue apreciado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel,
10 y las dieron por el Campo del Alfarero, según lo que me ordenó el Señor.»
11 Jesús compareció ante el procurador, y el procurador le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Respondió Jesús: «Sí, tú lo dices.»
12 Y, mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondió nada.
13 Entonces le dice Pilato: «¿No oyes de cuántas cosas te acusan?»
14 Pero él a nada respondió, de suerte que el procurador estaba muy sorprendido.
15 Cada Fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran.
16 Tenían a la sazón un preso famoso, llamado Barrabás.
17 Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo»,
18 pues sabía que le habían entregado por envidia.
19 Mientras él estaba sentado en el tribunal, le mandó a decir su mujer: «No te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa.»
20 Pero los sumos sacerdotes y los ancianos lograron persuadir a la gente que pidiese la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
21 Y cuando el procurador les dijo: «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?», respondieron: «¡A Barrabás!»
22 Díceles Pilato: «Y ¿qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo?» Y todos a una: «¡Sea crucificado!» -
23 «Pero ¿qué mal ha hecho?», preguntó Pilato. Mas ellos seguían gritando con más fuerza: «¡Sea crucificado!»
24 Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.»
25 Y todo el pueblo respondió: «¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
26 Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado.
27 Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte.
28 Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura;
29 y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»;
30 y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.
31 Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.
32 Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz.
33 Llegados a un lugar llamado Gólgota, esto es, «Calvario»,
34 le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero él, después de probarlo, no quiso beberlo.
35 Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes.
36 Y se quedaron sentados allí para custodiarle.
37 Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos.»
38 Y al mismo tiempo que a él crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
39 Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo:
40 «Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!»
41 Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo:
42 «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es: que baje ahora de la cruz, y creeremos en él.
43 Ha puesto su confianza en Dios; que le salve ahora, si es que de verdad le quiere; ya que dijo: “Soy Hijo de Dios.”»
44 De la misma manera le injuriaban también los salteadores crucificados con él.
45 Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
46 Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», esto es: «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»
47 Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: «A Elías llama éste.»
48 Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber.
49 Pero los otros dijeron: «Deja, vamos a ver si viene Elías a salvarle.»
50 Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.
51 En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.
52 Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.
53 Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.
54 Por su parte, el centurión y los que con él estaban guardando a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: «Verdaderamente éste era Hijo de Dios.»
55 Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.
56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
57 Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús.
58 Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase.
59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue.
61 Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
62 Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato
63 y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: “A los tres días resucitaré.”
64 Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: “Resucitó de entre los muertos”, y la última impostura sea peor que la primera.»
65 Pilato les dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.»
66 Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
          
La Pasión de CristoSegún los EvangeliosTomados de la Biblia de Jerusalén

Evan
Mateo 26
1 Y sucedió que, cuando acabó Jesús todos estos discursos, dijo a sus discípulos:
2 «Ya sabéis que dentro de dos días es la Pascua; y el Hijo del hombre va a ser entregado para ser crucificado.»
3 Entonces los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Sumo Sacerdote, llamado Caifás;
4 y resolvieron prender a Jesús con engaño y darle muerte.
5 Decían sin embargo: «Durante la fiesta no, para que no haya alboroto en el pueblo.»
6 Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
7 se acercó a él una mujer que traía un frasco de alabastro, con perfume muy caro, y lo derramó sobre su cabeza mientras estaba a la mesa.
8 Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron: «¿Para qué este despilfarro?
9 Se podía haber vendido a buen precio y habérselo dado a los pobres.»
10 Mas Jesús, dándose cuenta, les dijo: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una “obra buena” ha hecho conmigo.
11 Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre.
12 Y al derramar ella este ungüento sobre mi cuerpo, en vista de mi sepultura lo ha hecho.
13 Yo os aseguro: dondequiera que se proclame esta Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya.»
14 Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes,
15 y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas de plata.
16 Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.
17 El primer día de los Azimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?»
18 El les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: “El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos.”»
19 Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
20 Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce.
21 Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.»
22 Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?»
23 El respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará.
24 El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»
25 Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?» Dícele: «Sí, tú lo has dicho.»
26 Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.»
27 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos,
28 porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.
29 Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.»
30 Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
31 Entonces les dice Jesús: «Todos vosotros vais a escandalizaros de mí esta noche, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño.
32 Mas después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.»
33 Pedro intervino y le dijo: «Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.»
34 Jesús le dijo: «Yo te aseguro: esta misma noche, antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.»
35 Dícele Pedro: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Y lo mismo dijeron también todos los discípulos.
36 Entonces va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.
38 Entonces les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.»
39 Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.»
40 Viene entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo?
41 Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
42 Y alejándose de nuevo, por segunda vez oró así: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.»
43 Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados.
44 Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
45 Viene entonces donde los discípulos y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Mirad, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
46 ¡Levantaos!, ¡vámonos! Mirad que el que me va a entregar está cerca.»
47 Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo numeroso con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo.
48 El que le iba a entregar les había dado esta señal: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es; prendedle.»
49 Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve, Rabbí!», y le dio un beso.
50 Jesús le dijo: «Amigo, ¡a lo que estás aquí!» Entonces aquéllos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.
51 En esto, uno de los que estaban con Jesús echó mano a su espada, la sacó e, hiriendo al siervo del Sumo Sacerdote, le llevó la oreja.
52 Dícele entonces Jesús: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán.
53 ¿O piensas que no puedo yo rogar a mi Padre, que pondría al punto a mi disposición más de doce legiones de ángeles?
54 Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que así debe suceder?»
55 En aquel momento dijo Jesús a la gente: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no me detuvisteis.
56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas.» Entonces los discípulos le abandonaron todos y huyeron.
57 Los que prendieron a Jesús le llevaron ante el Sumo Sacerdote Caifás, donde se habían reunido los escribas y los ancianos.
58 Pedro le iba siguiendo de lejos hasta el palacio del Sumo Sacerdote; y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver el final.
59 Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando un falso testimonio contra Jesús con ánimo de darle muerte,
60 y no lo encontraron, a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Al fin se presentaron dos,
61 que dijeron: «Este dijo: Yo puedo destruir el Santuario de Dios, y en tres días edificarlo.»
62 Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y le dijo: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?»
63 Pero Jesús seguía callado. El Sumo Sacerdote le dijo: «Yo te conjuro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.»
64 Dícele Jesús: «Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.»
65 Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestidos y dijo: «¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia.
66 ¿Qué os parece?» Respondieron ellos diciendo: «Es reo de muerte.»
67 Entonces se pusieron a escupirle en la cara y a abofetearle; y otros a golpearle,
68 diciendo: «Adivínanos, Cristo. ¿Quién es el que te ha pegado?»
69 Pedro, entretanto, estaba sentado fuera en el patio; y una criada se acercó a él y le dijo: «También tú estabas con Jesús el Galileo.»
70 Pero él lo negó delante de todos: «No sé qué dices.»
71 Cuando salía al portal, le vio otra criada y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazoreo.»
72 Y de nuevo lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese hombre!»
73 Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «¡Ciertamente, tú también eres de ellos, pues además tu misma habla te descubre!»
74 Entonces él se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre!» Inmediatamente cantó un gallo.
75 Y Pedro se acordó de aquello que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.» Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.
Mateo 27
1 Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte.
2 Y después de atarle, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.
3 Entonces Judas, el que le entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos,
4 diciendo: «Pequé entregando sangre inocente.» Ellos dijeron: «A nosotros, ¿qué? Tú verás.»
5 El tiró las monedas en el Santuario; después se retiró y fue y se ahorcó.
6 Los sumos sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque son precio de sangre.»
7 Y después de deliberar, compraron con ellas el Campo del Alfarero como lugar de sepultura para los forasteros.
8 Por esta razón ese campo se llamó «Campo de Sangre», hasta hoy.
9 Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Y tomaron las treinta monedas de plata, cantidad en que fue apreciado aquel a quien pusieron precio algunos hijos de Israel,
10 y las dieron por el Campo del Alfarero, según lo que me ordenó el Señor.»
11 Jesús compareció ante el procurador, y el procurador le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Respondió Jesús: «Sí, tú lo dices.»
12 Y, mientras los sumos sacerdotes y los ancianos le acusaban, no respondió nada.
13 Entonces le dice Pilato: «¿No oyes de cuántas cosas te acusan?»
14 Pero él a nada respondió, de suerte que el procurador estaba muy sorprendido.
15 Cada Fiesta, el procurador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que quisieran.
16 Tenían a la sazón un preso famoso, llamado Barrabás.
17 Y cuando ellos estaban reunidos, les dijo Pilato: «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, el llamado Cristo»,
18 pues sabía que le habían entregado por envidia.
19 Mientras él estaba sentado en el tribunal, le mandó a decir su mujer: «No te metas con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa.»
20 Pero los sumos sacerdotes y los ancianos lograron persuadir a la gente que pidiese la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
21 Y cuando el procurador les dijo: «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?», respondieron: «¡A Barrabás!»
22 Díceles Pilato: «Y ¿qué voy a hacer con Jesús, el llamado Cristo?» Y todos a una: «¡Sea crucificado!» -
23 «Pero ¿qué mal ha hecho?», preguntó Pilato. Mas ellos seguían gritando con más fuerza: «¡Sea crucificado!»
24 Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la gente diciendo: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis.»
25 Y todo el pueblo respondió: «¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
26 Entonces, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado.
27 Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte.
28 Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura;
29 y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»;
30 y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.
31 Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.
32 Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz.
33 Llegados a un lugar llamado Gólgota, esto es, «Calvario»,
34 le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero él, después de probarlo, no quiso beberlo.
35 Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes.
36 Y se quedaron sentados allí para custodiarle.
37 Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos.»
38 Y al mismo tiempo que a él crucifican a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
39 Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo:
40 «Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!»
41 Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo:
42 «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es: que baje ahora de la cruz, y creeremos en él.
43 Ha puesto su confianza en Dios; que le salve ahora, si es que de verdad le quiere; ya que dijo: “Soy Hijo de Dios.”»
44 De la misma manera le injuriaban también los salteadores crucificados con él.
45 Desde la hora sexta hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
46 Y alrededor de la hora nona clamó Jesús con fuerte voz: «¡Elí, Elí! ¿lemá sabactaní?», esto es: «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»
47 Al oírlo algunos de los que estaban allí decían: «A Elías llama éste.»
48 Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber.
49 Pero los otros dijeron: «Deja, vamos a ver si viene Elías a salvarle.»
50 Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu.
51 En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.
52 Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos difuntos resucitaron.
53 Y, saliendo de los sepulcros después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron a muchos.
54 Por su parte, el centurión y los que con él estaban guardando a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: «Verdaderamente éste era Hijo de Dios.»
55 Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.
56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
57 Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús.
58 Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase.
59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia
60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue.
61 Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
62 Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato
63 y le dijeron: «Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: “A los tres días resucitaré.”
64 Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: “Resucitó de entre los muertos”, y la última impostura sea peor que la primera.»
65 Pilato les dijo: «Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.»
66 Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
                                                                            






 

26 de marzo de 2013

AVE MARÍA

                                            Andre Rieu - Ave Maria (Maastricht 2008) DIGITAL TV    

10 de marzo de 2013

TÚ ERES PEDRO 1ª PARTE











VIDA PÚBLICA DE JESÚS
   
CRISTO JESUS: Un día, a la tranquila orilla del río Jordán, un grito rompió el silencio. Un hombre, vestido con piel de camello proclamaba en el desierto que había que preparar el camino del Señor: ¡Arrepentíos porque el Reino de Dios está cerca!. El tiempo de salvación había llegado. La plenitud de los tiempos se había cumplido. Juan Bautista, enviado por Dios, vino a dar testimonio de que la salvación estaba a la puerta y era necesaria y urgente una nueva actitud para aprovecharla: (José H. Prado F.)
BAUTISMO DE JESÚS
Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea,
y fue bautizado por Juan en el Jordán.
En cuanto salió del agua vio que los cielos
se rasgaban y que el Espíritu en forma
de paloma bajaba a él.
Y se oyó una voz que venía de los cielos:
"Tú eres mi Hijo amado,
en ti me complazco."

Mc 1, 9-11
Juan bautiza a Jesús
JESÜS ANDA SOBRE LAS AGUAS
Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: "Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres.
Al instante, dejando las redes, le siguieron.
Caminando un poco adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan;
estaban también en la barca arreglando las redes, y al instante los llamó.
Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.
Jesús inicia
su predicación
Mc 1,16-20
Ministerio de Jesús
en Galilea
Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si se le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre...: "Levántate ahí en medio." Y les dice: "¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?" Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: "Extiende la mano."
El la extendió y quedó restablecida su mano"...
Curación del hombre...
Mc 3,1-5
...de la mano paralizada
Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y...le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos:...El entonces, le dijo: "Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud." Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: "Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres..." Pero él abatido por estas palabras, se marchó entristecido...
JESÜS Y LOS NIÑOS

Mc 10,17-22
Jesús predicando

Jesús dijo: Dejad a los niños,  que vengan a mí, porque de ellos  es el reino de los cielos.
Le presentaban también los niños pequeños para que los tocara, y al verlo los discípulos, les reñían. Mas Jesús llamó a los niños, diciendo:
"Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis; porque de los que son como éstos es el Reino de Dios.
Yo os aseguro el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él".
Jesús y los niños






Inmediatamente obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de él a la otra orilla, mientras el despedía a la gente, subió al monte a solas para orar. Al atardecer estaba solo allí. La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas. pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino él hacia ellos caminando sobre el mar, se turbaron y decían: "Es un fantasma" y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo

Mt 14,22-27
"¡Animo! que soy yo, no temáis"
EL HIJO PRÓDIGO

Dijo: "Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde. Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su haciendo viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad...


Lc 15.11-14
Jesús en casa de María y Martha
Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos...
Las bienaventuranzas
Mt 5,1-7
"Mira, estoy a la puerta..." Ap 3,20

Seis días después,
toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto.
Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él.
Tomando Pedro la palabra dijo a Jesús: "Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres haré aquí tres tiendas...
La transfiguración
Mt 17,1,4a...
Jesús contempla a Jerusalén

Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: "Sentaos aquí, mientras yo hago oración."
Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia. Y les dice: "Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad". Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora...
Entrada triunfal a Jerusalén
Mc 14,32-35






JESÜS LE DICE A PEDRO:
TÚ ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDFICARÉ MI IGLESIA
PEDRO LE CONTESTA:
TU ERES CRISTO
(MARCOS 8:29 )


SÍMBOLO DE LA ENTREGA DE LAS LLAVES ,DE LA IGLESIA,POR CRISTO, A PEDRO




                                                                    


                                     Quedó fundada la Iglesia y Pedro fué el primer PAPA

DESDE PEDRO ( EL AÑO 1º )  HASTA BENEDICTO XVI ( ENLA ACTUALIDAD ),HA HABIDO  266   PAPAS


 INSIGNIAS PAPALES


ANILLO DEL PESCADOR

TIARA

MITRA

SOLIDEO

CAMAURO

TRONO PAPAL

GONFALÓN

FLABELO




EL ANILLO DEL PESCADOR (WiKIPEDIA )

El Anillo del Pescador o Pescatorio (en latín, Anulum Piscatoris) es un anillo
usado por el Obispo de Roma (el Papa) quien, como sucesor del apóstol San
Pedro, se considera la cabeza visible de la Iglesia Católica. Su nombre se debe
al antiguo oficio de pescador del apóstol San Pedro, el primer papa. Cada Sumo
Pontífice porta un anillo hecho con los restos del usado por el anterior. En él se
grabará un nuevo sello.
El Anillo del Pescador tiene la imagen de san Pedro pescando en un bote, bordea
do por el nombre del papa que ocupa la sede en ese momento en latín.

Ritos

Durante el rito de inauguración de pontificado o entronización papal, se le coloca
el anillo en el dedo al nuevo Papa. Este rito está a cargo del Decano del Colegio
Cardenalicio, mientras que el Cardenal Protodiácono le coloca el Palio al nuevo
Papa. El pontífice debe llevar el anillo durante todo su pontificado, tanto en público
como en privado, excepto el Viernes Santo y cuando le corresponda oficiar Misa de
exequias por algún cardenal.
A la muerte del papa, una vez comprobado el óbito del pontífice, el camarlengo debe
destruir el anillo del pescador para evitar la falsificación de documentos. Esto lo hace
retirando el anillo y golpeándolo con un martillo de plata y marfil de forma que la
imagen se deforme. Ese material servirá para hacer el anillo del nuevo pontífice de
manera que a lo largo de la Historia el oro del anillo del Papa ha sido siempre el mismo.

ORIGEN

En una carta escrita por Clemente IV a su sobrino Pedro Grossi en 1265 se incluye
la mención conocida más antigua del Anillo del Pescador, usado para sellar toda la
correspondencia privada presionando el anillo sobre la cera roja. El anillo del pescador
se usa entre otras cosas para sellar las bulas papales. Proveniente de tradiciones de los
monarcas medievales, algunos seguidores


El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha anunciado que la pieza dorada
no será destruida,sino que será "ANULADA" en los próximos días el anillo del PA
PA BENEDICTO XVI poe expreso deseo del papa



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TIARA




La Tiara Papal y el Escudo Papal:
símbolos del "triple poder" que reclama
la Curia Romana para el Papa.
-"Padre de reyes."
-"Gobernador del mundo."
-"Vicario de Cristo."

 Al Papa Pío XII, luciendo la tradicional Tiara Papal, del año 1877,
lo portan en una Sedia Gestatoria (trono portátil)
por la Basílica de San Pedro.

(en.wikipedia.org/wiki/Pope_Pius_XII)
5. La Tiara Papal y el Escudo Papal, símbolos del “triple poder” que reclama la Curia Romana.
a) El “Triregnum”es “la Tiara Papal, formada de tres coronas, las que simbolizan el triple poder del Papa: padre de reyes, gobernador del mundo y Vicario de Cristo. El uso de la Tiara, un rito durante ceremonias solemnes, fue abandonado durante el papado de Pablo VI.” 
Tiara del año 1834. (en.wikipedia.org/wiki/Decoration_of_the_Papal_Tiara#Value_of_the_tiaras)
La Tiara Milán (1922) de Pío XI tenía dos mil piedras preciosas incrustadas, mientras la de Juan XXIII (1959) tenía veinte diamantes, dieciséis esmeraldas, sesenta y ocho rubíes y setenta perlas. La cantidad programada originalmente era el doble, pero Juan XXIII insistió que la mitad fuera devuelta y el ahorro fuese donado a caridad.
TIARA 
El Papa Juan XXIII, Pontifex Máximus, luciendo, en su coronación,
la
tiara del Papa Pío XI. Las tres coronas del “triple poder” están claramente visibles.
Juan XXIII fue coronado Papa en el 1958. Murió en el 1963.

Attualità Giordani, Rome
http://www.aloha.net/~mikesch/claims.htm
g) La Tiara Papal es la corona del papado. Durante más de un milenio, todos los Papas fueron coronados con la tiara en la Coronación Papal. Permanece como uno de los símbolos claves del papado, integrado en el Escudo del Vaticano, a pesar de ser el Papa Pablo VI, en el 1963, el último Papa coronado. En su escudo oficial, el Papa Benedicto XVI sustituyó la tiara con el tradicional mitre y el palio de obispo, símbolos de la autoridad del Pontífice como Obispo de Roma.” (en.wikipedia.org/wiki/List_of_papal_tiaras_in_existence)

Escudo papal




Desde Inocencio III, cada papa de la Iglesia católica ha tenido su propio escudo, que le ha servido como insignia de su papado.
Todos los escudos papales de la época actual habían contenido la tiara papal entre sus atributos, al igual que las dos llaves, elementos representativos del escudo de la Ciudad del Vaticano, hasta Benedicto XVI, que alteró esta costumbre heráldica sustituyendo la tiara por la mitra y el palio.
Las llaves representan el poder temporal (plateada) y celestial (dorada) inherente al papado, haciendo referencia, al párrafo del evangelio según San Mateo Cap. 16, Vers. 18-19:
"Tu eres Pedro (piedra) y sobre esta piedra edificare mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella, Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
De esta manera, en la heráldica eclesiástica, las llaves simbolizan la autoridad espiritual del papa como vicario de Cristo en la Tierra.

Escudos papales

 

El escudo del Vaticano, con la triple corona llamada tiara,
y las dos llaves, símbolos de la autoridad papal.
http://www.aloha.net/~mikesch/claims.htm
¡Veinte tiaras en el Vaticano en actualidad!
h) “El Papa Pablo VI, el último Papa a ser coronado con la Tiara Papal, abandonó el uso de la tiara en una ceremonia al final del Concilio (Vaticano II), donando su tiara personal a la Basílica of the Nacional Shrine of the Immaculate Conception en la Ciudad de Washington (Districto de Colombia, EEUU), como regalo para los católicos de los Estados Unidos de América. No obstante, existen más de veinte tiaras en el Vaticano para posible uso futuro. Aún se sigue usando una de ellas para coronar simbólicamente a la estatua de San Pedro cada año en su día de santo. El Papa Juan Pablo I fue el primero en recibir una inauguración en lugar de ser coronado.” (en.wikipedia.org/wiki/Papal_Inauguration)
View across St. Peter's Square to the Apostolic Palace
En el Palacio Papal (Apostólico o Vaticano) hay más de mil recámaras. en.wikipedia.org/wiki/Papal_Palace


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      MITRA Y BÁCULO




Mitra deriva del latín mitraoua: cinta o faja para la cabeza; especie de tocado indio, turbanteo. En latín antiguo también significaba cablea. Los latinos tomaron esta palabra del ingles.

 


Mitra del Obispo Sztojkovics, Hungría, ca. 1860, robada en 1989
En la religión judía, los miembros del Sanedrín utilizaban vestiduras sagradas dadas por Dios en el Libro del Éxodo. Del ornamento para la cabeza conocido como Mitznefet se deriva la mitra cristiana.
Hacia el siglo V se conocía en la Iglesia oriental un bonete semiovoide que llevaban los obispos en las funciones y es posible que en la occidental hubiese algún otro para abrigar la cabeza y sin carácter litúrgico. Pero estas prendas carecían de la uniformidad y significación que tiene la verdadera mitra episcopal según aparece en algunas miniaturas.
La primera representación figurada que se conoce de la mitra se halla en unos códices del siglo XI y el primer documento oficial que habla de ella es una bula del papa León IX, fechada en 1049. Sin embargo, las mitras más antiguas que se conservan son posteriores al siglo XIII.
Se deduce de algunos códices que la mitra debió empezar a utilizarse hacia mediados del siglo X pero sólo por privilegio o concesión pontificia que se iba repitiendo en casos particulares y hubo de transcurrir casi un par de siglos para que fuese común y ordinario dicho uso. La primera concesión que obtuvo algún abad para usar la mitra data del año 1000 d.C. y aunque fue una concesión puramente personal fue seguida de otras muchas que dieron por resultado el privilegio estable de poder usar dicha prenda en ciertos monasterios (abades mitrados).[1]

 Evolución de la mitra


San Isidoro de Sevilla con mitra, retratado por Murillo
Las antiguas representaciones gráficas de mitras y los ejemplares auténticos que se conservan de esta prenda desde el siglo XIII nos dan a conocer las sucesivas evoluciones de la misma que se produjeron de la siguiente forma:
  • durante todo el siglo XI la mitra consistió en un birrete cónico adornado con una simple cinta o galón alrededor de la frente, llamado círculus, pendiendo por detrás los extremos de la misma, llamados ínfulas, que son un símbolo de poder, de la consagración a la divinidad y su dedicación a la interpretación del Antiguo y el Nuevo Testamentos.
  • al comenzar el siglo XII se va redondeando la punta cónica y luego se hunde la mitra por la parte central formando a los lados sendas partes redondeadas que en muchos ejemplares terminan en punta y queda la mitra con puntas laterales, muy común en el siglo XII, llegando así hasta comienzos del siglo XIII. A partir del siglo XII, se adornan algunas mitras con bordados y pedrería según el estilo de cada época. También se ornamentan con bordados las cintas que penden por detrás de la mitra llamadas ínfulas, trascolos y fanones, que en la Edad Media llegaron a tener campanillas de oro suspendidas.
  • a finales de dicho siglo XII comienzan en algunos modelos a colocarse las puntas de la mitra por delante y por detrás, en vez de los lados y se adornan con un galón vertical o títulus, continuando como anteriormente tanto los círculus como las ínfulas.
  • tras seguir con la disposición anterior de mayor anchura que altura, en el siglo XIV adquiere mayor altura con el afilamiento de las puntas igualándose la altura y la anchura a finales del mismo.
  • la altura de la mitra sigue creciendo en los siglos siguientes hasta llegar a una altura casi el doble que la anchura en los siglos XVII y XVIII. En el siglo XVI se transforman las puntas angulares en arcos apuntados.
  • aunque existen mitras en diferentes colores litúrgicos, algunas antiguas, el color establecido normativamente es el blanco o el dorado.

 Uso

En el ámbito católico la mitra es uno de los ornamentos propios del orden episcopal, y por tanto es usada en la mayoría de las celebraciones litúrgicas por los eclesiásticos investidos de tal orden. Excepcionalmente la tienen concedida aquellos eclesiásticos que, no siendo obispos, tienen derecho al uso de pontificales: cardenales no obispos, abades mitrados, dignidades capitulares, etcétera.
La evolución litúrgica dio lugar a la diferenciación de tres tipos de mitra: preciosa, dorada y simple. En muchos casos se usaban dos de ellas, alternándose según el momento litúrgico.
  • La mitra preciosa (en latín, mitra pretiosa) va adornada con bordados, en muchos casos con pedrería, y se usaba en los actos solemnes cuando no se especificaba otro tipo de mitra. Los prelados menores con usos de pontificales no podían usarla.
  • La mitra dorada (en latín, mitra auriphrygiata) no lleva bordados pero va cubierta de lama de oro, y se usaba en las pontificales celebradas durante el Adviento y la Cuaresma, en bendiciones no solemnes y en ciertas partes de la misa pontifical, alternando con la preciosa, como era el caso del sermón.
  • La mitra simple (en latín, mitra simplex) es una mitra blanca sin adorno ninguno, que se usaba en los funerales, en los oficios del Viernes Santo, y cuando el que la llevaba no era el oficiante principal de la ceremonia. La mitra simple de los cardenales en actos colegiales es de tela de damasco; la mitra simple del Papa va ribeteada por un galón dorado.
Tras la reforma litúrgica sucesiva al Concilio Vaticano II sólo se diferencian dos tipos de mitra, la preciosa y la simple, habiendo quedado la dorada asimilada a la preciosa. No se contempla el uso simultáneo de dos mitras en la misma celebración.
  • La mitra preciosa se usa en todas las ocasiones en que no se exija la mitra simple.
  • La mitra simple se usa en los funerales y en la participación en celebraciones colegiales. La de los cardenales sigue siendo adamascada y el papa la sigue usando ribeteada en oro.
                                                                             


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                                                                                 SOLIDEO



Solideo

De Enciclopedia Católica

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Solideo episcopal
El solideo es un gorro a modo de casquete que usan el papa, los obispos y algunos religiosos para cubrirse la cabeza. ( blanco o rojo ) Sólo se lo quitan "ante Dios", es decir, ante el Santísimo Sacramento, o durante la Misa desde el Prefacio hasta después de la Comunión. Los obispos y cardenales se lo quitan en presencia del Papa como símbolo de respeto, como quien se quita el sombrero al saludar a otra persona.



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CAMAURO


Un camauro (del latín Camelaucum, y éste del griego Kamelauchion, ‘gorro de pelo de camello’) es un gorro tradicionalmente llevado por el Papa de la Iglesia Católica. El camauro es rojo con un ribete de armiño blanco y se lleva en lugar de la birreta durante el frío invierno romano. Está prohibido su uso durante las ceremonias litúrgicas, especialmente la Santa Misa, donde está prescrito el uso de solideo blanco y mitra.
El camauro cayó en desuso tras el pontificado de Juan XXIII pero fue recuperado por Benedicto XVI el año 2005 durante las Audiencias Generales del 21 y 28 de Diciembre.

Benedicto XVI con un camau


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                                                     TRONO PAPAL


Trono o sede papal.

Desde tiempo remotos, la tradición de diferentes culturas consideraron la silla donde se sentaba el maestro a enseñar como símbolo de su autoridad y en cierta forma parte de su propio ser, por lo que la llamada cátedra se convirtió en lugar de privilegio, respeto y punto de referencia para los que acudían a escuchar a los maestros. Pues bien esta idea también se integró a la visión cristiana desde el primer siglo y ha llegado a representar no solo un simple objeto de descanso para el pontífice, sino que representa en sí misma la autoridad e infalibilidad del pastor universal, lugar de enseñanza, exhortación y afianzamiento de la doctrina inmutable recibida por la iglesia a través de 20 siglos de fidelidad al eterno Señor quien mandó a su siervo el apóstol San Pedro a "apacentar sus ovejas".

Durante su estancia en Roma, San Pedro dedicado a la predicación y difusión de la fe, fue acogido por una pareja de esposos convertidos al Señor, Prisca y Aquila los cuales pusieron a disposición su casa para que el apóstol se dedicara a la enseñanza y a la celebración de la sagrada eucaristía y dispusieron la mejor de las sillas de su casa para que este la usara en su actividad pastoral. Una vez martirizado el príncipe de los apóstoles los cristianos del siglo I comenzaron a venerar su cátedra como reliquia y fue usada desde entonces como símbolo de la primacía del magisterio petrino. Ya en el siglo IV, momento en el que la religión cristiana gozaba de tranquilidad y no tenía que esconderse por miedo a las persecuciones, esta silla se exponía 2 veces al año para la veneración como prueba de la fidelidad y autoridad del apóstol Pedro como roca de la iglesia y de la autoridad recibida por sus sucesores para guiar la iglesia a través de los siglos.

El deterioro causado por el tiempo y por el uso frecuente de esta reliquia, hizo que en la nueva Basílica vaticana se construyera por orden del papa un relicario que conservara tan preciosa pieza, por lo que el gran escultor y maestro Bernnini edifica un altar con cuatro estatuas enormes de padres de la iglesia que están situados en las extremidades del una gran silla de bronce suspendida en lo alto, el cual es el relicario que hoy día contiene la reliquia y que representa la fidelidad de la tradición a la fe recibida de los apóstoles.

Altar con el relicario de la cátedra de San Pedro.


Trono de S.S. León XIII.


San Pío X en el trono o sede de su predecesor León XIII.


Beato papa Juan XXIII en la misma sede.


Ahora nuestro amado papa, en la cátedra durante una bendición Urbi et orbe.


S.S. Pío XI en la sede del Beato papa Pío IX.


Siervo de Dios Pablo VI, dispersando la semilla de la fe.


"Apacienta mis ovejas" el Siervo de Dios Pablo VI con la Beata madre Teresa de Calcuta.

Siervo de Dios Juan Pablo I.


S.S. Benedicto XVI en el trono papal de la Basílica de San Pablo extramuros.



Trono o sede con el escudo del papa Benedicto XVI.
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GONFALÓN









El confalón o gonfalón (del italiano antiguo confalone) es una bandera o estandarte largo, a veces terminado en una o dos puntas, o con varias serpentinas, y suspendido de travesaño. Fue adoptado originalmente por las comunas medievales italianas y, más tarde, por los gremios, corporaciones y distritos locales. 'Debido a este uso, los encuentros de una comunidad o vecindario local de Florencia, originalmente llamados gonfaloni, cedieron finalmente su nombre a estas banderas o estandartes.
Puede ser diseñado como una insignia o escudo de armas, u ornamentarse con un diseño vistoso. Actualmente cada comuna italiana tiene un confalón luciendo su escudo de armas.
El confalón ha sido usado desde hace mucho tiempo en ceremonias eclesiásticas y procesiones. El umbráculo (ombrellino), un símbolo papal, es llamado a menudo gonfalone por los italianos debido a que suele representarse sobre uno.
Los confalones tuvieron gran importancia como objetos religiosos cristianos en Europa durante la Edad Media, especialmente en el centro de Italia. Estos objetos religiosos consistían en una tela, normalmente de lona pero ocasionalmente de seda, sujeto por un marco de madera con forma de T por detrás, y con un palo largo para sostener el estandarte durante las ceremonias y procesiones. Los estandartes eran pintados con témpera u óleo, a veces por las dos caras. Las imágenes elegidas eran las de los santos patrones de las ciudades, villas, confraternidades o gremios, la Virgen con el Niño, Jesucristo, Dios Padre, santos, y la Virgen María como Reina del Cielo, Mediatrix, Theotokos o Virgen de la Merced. Debido a que estos estandartes estaban a menudo relacionados con un grupo particular, podían aparecen en ellos iconogrofías muy inusuales y específicas.






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FLABELO


 Abanico de plumas de avestruz y pavo real, ornamento exclusivo del Papa.

 “En el caso de ceremonias solemnes el Papa, es cargado en la sede, una silla portátil de terciopelo rojo con un alto respaldo y escoltada por dos fabelli de plumas”.

El palio, que sirve para ir protegido el Papa y demás obispos, el diccionario lo define como una sombrilla usada por el alto clero  de Roma

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RESIDENCIA  HABITUAL DE LOS PAPAS

http://www.romereports.com/palio/Castel-SantAngelo-prision-cuartel-y-residencia-de-los-papas-spanish-2642.html


Y
 CIUDAD DEL VATICANO
( ROMA )

<a href="http://www.tripadvisor.es/LocationPhotos-g187793-Vatican_City_Lazio.html#28606262"><img alt="Fotos de Ciudad del Vaticano - Fotos de viajeros" src="http://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-s/01/b4/7f/36/caption.jpg"/></a><br/>Esta foto de <a href="http://www.tripadvisor.es/Tourism-g187793-Vatican_City_Lazio-Vacations.html">Ciudad del Vaticano</a> es cortesía de TripAdvisor

 http://www.vatican.va/phome_sp.htm



LOS PAPAS DE AVIÑON


P1280050 - Avignon.JPG
PaísBandera de Francia Francia
RegiónBlason région fr Provence-Alpes-Côte d'Azur.svg Provenza-Alpes-Costa Azul
DepartamentoVaucluseFlag.gif Vaucluse (prefectura)[1]
DistritoAviñón (Capital)
CantónChef-lieu[1] de 4 cantones:
Avignon-Nord
Avignon-Sud
Avignon-Est
Avignon-Ouest.
MancomunidadCommunauté d'agglomération du Grand Avignon[2]
Ubicación43°56′58″N 4°48′32″E / 43.949444, 4.808889Coordenadas: 43°56′58″N 4°48′32″E / 43.949444, 4.808889 (mapa)
Altitud23 msnm
(mín.:10[1] , máx.:122[1] )
Superficie64,78 km²
Población91 283 hab. (2007)
Densidad1 409,12 hab./km²
GentilicioAviñonés[3]
Código postal84000[4]
AlcaldeMarie-Josée Roig[2]
2008-2014
Código INSEE84007
Sitio webhttp://www.avignon.fr/fr/
Ubicación de Aviñón en Francia
Aviñón[3] (en francés Avignon, en occitano provenzal Avinhon [en norma clásica] o Avignoun [en norma mistralense]), es una ciudad y comuna francesa, capital del departamento de Vaucluse, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul.


Aviñón fue residencia de los papas en 1309, cuando la ciudad se encontraba bajo el gobierno de los reyes de Sicilia pertenecientes a la Casa de Anjou. En 1348, el papa Clemente VI compró una residencia a la reina Juana I de Sicilia, permaneciendo Aviñón como propiedad papal hasta 1791 cuando fue incorporada a Francia durante la Revolución francesa.
A continuación aparece la lista de los siete papas que residieron aquí desde 1309 hasta 1377. A este período en que los papas establecieron su residencia en Aviñón se le conoce como Papado de Aviñón. Una vez terminada ésta, comenzó en 1378 el Gran Cisma de Occidente que no se resolvió hasta 1417.
Los antipapas Clemente VII y Benedicto XIII, continuaron residiendo aquí aún después de que los papas regresaran a Roma en 1377. Clemente VII permaneció en Aviñón durante todo su pontificado 1378-1394 mientras que Benedicto XIII vivió en Aviñón hasta que huyó hacia Aragón, fijando su residencia finalmente en Peñíscola, donde murió a los 96 años en 1423. Aviñón había sido sede episcopal desde el año 70 dC, y fue convertida en Arzobispado en 1476. Aquí se celebraron varios sínodos de menor importancia. Su universidad fue fundada por el papa Bonifacio VIII en 1303 y, debido a su reputación por sus estudios en leyes, tuvo gran importancia hasta la Revolución francesa.


 

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ESTUDIOS Y PASOS HASTA PODER LLEGAR A PAPA
.La forma sería haciéndose Seminarista,estudiando mucho,idiomas....etc.,no cometiendo abusos,porque tarde o temprano se destapa todo,y poco a poco ,llegar a  Sacerdote , a Obispo,de Obispo a Arzobispo,de Arzobispo a Cardenal, y de  Cardenal a Papa,pero para esto, hay que estudiar demasiado y normalmente  ningun cardenal quiere tanta responsabilidad a
UNA VEZ ELEGIDO ,RECIBE EL TÍTULO DE" SANTIDAD"





COMUNMENTE SE ELIGE NUEVO PAPA





Al fallecimiento del Papa anterior ,que
es llevado hasta la cripta bajo el Baldaquino de la Basílica de San Pedro, donde descansará junto a los restos de otros  Papas.
TAMBIEN ,COMO CASOS ESPECIALES ,POR RENUNCIA DEL PAPA  VIGENTE(enfermedad,ancianidad,etc)




                                                    Pasos para   la elección del nuevo Papa

Las deliberaciones para elegir al nuevo Pontífice comenzarán entre 15 y 20 días después de la muerte del Papa, una medida adoptada en plena época medieval, cuando llegar hasta el Vaticano era cuestión de semanas. Hoy, las comunicaciones acercaron las distancias. Sin embargo, la tradición se mantiene.
                                                                          
                                                                         El cónclave

Será secreto se realizará en la Capilla Sixtina, . Participarán los cardenales, (que por su edad) tienen derecho a voto y el resto : europeos, norteamericanos,  latinoamericanos,  africanos, asiáticos y  de Oceanía,que no podrán votar.
                                                                         

   
La seguridad de los votantes es una de las claves en este proceso: los cardenales son trasladados desde la Casa de la Santa Marta hasta la Capilla Sixtina en un ómnibus con vidrios blindados. El aislamiento es fundamental: se controla que no se ingresen grabadores, celulares, cámaras u otros elementos que pongan en riesgo el secreto de la votación.

                                                                               
                                                                      
                                                       El voto de los cardenales

Como no hay candidatos -aunque sí favoritos-, cada elector vota por el cardenal que prefiera. El sufragio se realiza a través de un papel escrito con la letra más ilegible posible, para evitar que se reconozca su autor.

Al introducir el voto, cada cardenal realiza un juramento: "Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido", deben decir en voz alta.


                                                                           
                                                                El escrutinio:

Una vez que todos votaron, los papeles (que en la mitad superior llevan la leyenda "eligo in Summum Pontificem") se revuelven antes de iniciar el recuento. Posteriormente, se colocan uno por uno en un recipiente vacío. Se suman los votos que acumula cada nombre y se van anotando en una lista.

El sistema utiliza métodos tradicionales, pero que aseguran la transparencia: a medida que los papeles se van leyendo, se perforan con una aguja en el punto en que se encuentra la palabra "Elijo".

Luego, se encadenan con un hilo, para que puedan conservarse con mayor seguridad. Al finalizar la lectura, se atan los extremos con un nudo y así unidos se colocan sobre una mesa.


                                                                 Las señales:

Para ser elegido Papa, el candidato debe obtener dos tercios de los votos. De ocurrir así, los electores abandonan inmediatamente la Capilla Sixtina, previa quema de los papeles.

                                                       FUMATA NEGRA                             


                                                                Los anuncios:

Mientras todo esto sucede adentro, en la Plaza de San Pedro los fieles siguen atentamente los resultados de la votación. La clave es el color de la famosa "fumata", el humo que sale de una pared lateral de la Capilla Sixtina.

                                                                            


                                                                   La fumata

Si la "fumata" es negra (se mezclan los papeles con paja humeda) quiere decir que los cardenales no llegaron a un acuerdo y se sigue intentando elegir al nuevo Pontífice. El blanco, en cambio, es la señal de que la Iglesia Católica ya tiene nuevo líder.



                                                            FUMATA BLANCA                 

Una vez designado al nuevo Papa, el Cardenal Decano  le preguntará: ¿Aceptas la elección canónica como Supremo Pontífice?. "Acepto", debe contestar el elegido.

El decano, luego, le preguntará con qué nombre desea ejercer su Papado. Tras esto, todos los cardenales se arrodillarán ante el nuevo Santo Padre.



                                                                                  


                                            El encuentro con los fieles en San Pedro

El protocolo reserva una ceremonia final: el anuncio a los fieles del nuevo Papa desde la ventana de San Pedro. El encargado de hacerlo será el cardenal de mayor edad (el chileno Arturo Medina Estévez, de 79 años) dirá las palabras que todos esperan: "Annuntio vobis gaudium magnum Habemus Papa".


                                                                              
En ese instante, comenzarán a repicar las campanas de la Basílica, seguidas por la de las iglesias en todo el mundo. Tras esto, el elegido se asomará por primera vez a la ventana de la Basílica de San Pedro.


                                                                                


                                                              La última ceremonia

Varios días después del anuncio a los fieles, el nuevo Papa encabezará la misa de "Coronación", que marcará el comienzo de su pontificado. Con esa ceremonia, el proceso habrá terminado. Y el nuevo Pontífice comenzará a dedicarse por completo a la difícil tarea de guiar espiritualmente a los más de mil millones de fieles con los que cuenta la Iglesia Católica.
http://www.youtube.com/watch?v=NZ1ZczyyKwM